PASIEGOS

Recibe el nombre de pasiego (en dialecto pasiego pasiegu) el habitante de los territorios de La Pasieguería. Este territorio comprende las cabeceras de los valles de los ríos Miera, Pisueña y Pas, en Cantabria, del que toman el nombre; así como los cuatro valles más septentrionales de Espinosa de los Monteros, en Burgos. También es utilizado el gentilicio pasiego para los habitantes de áreas colindantes que, si bien no pertenecen a la Pasieguería, siguen o siguieron los usos y costumbres tradicionales de los pasiegos, como la trasterminancia, el uso del cuévano y la construcción de cabañas al estilo pasiego.

Administrativamente, la parte cántabra del territorio tradicionalmente pasiego se engloba en la moderna Comarca de los Valles Pasiegos, que comprende, además de la Pasieguería, los valles de Luena, Carriedo, Toranzo y Cayón. Por este motivo, se usa a veces el gentilicio pasiego para referirse a los habitantes de toda la comarca, aunque este no ha sido el uso tradicional, y resulta más apropiado usar para cada valle su propio gentilicio: carredano, torancés, cayonés, etc.


Sus habitantes, conocidos con el nombre de paciegos, se dedican comúnmente al tráfico de muselinas y otras telas, extendiéndose por todas las provincias de España. Es de admirar la robustez y valor de las paciegas, quienes por una marcha, cargan sobres sus espaldas, un cuévano lleno de mercancías de un peso considerable. Sus costumbres son sin duda muy duras, pues se conservan sanas, y generalmente son preferidas para nodrizas en la corte y en otros muchos lugares de consideración. Sin embargo, no se puede negar que los paciegos son demasiado aficionados al contrabando, y bajo este aspecto causan gravísimos perjuicios a la Hacienda, contribuyendo a ello las mujeres como los hombres. Estos usan diestramente de un palo largo y grueso para saltar arroyos y 
breñas, huyendo de las rondas del resguardo.


Cabaña pasiega cerca de Pisueña.
La pasiega ha sido siempre una sociedad pastoril étnicamente bien definida y delimitada geográficamente: los valles altos del Pas, Miera, y Pisueña, todos dentro de los límites de Cantabria y las montaña de Burgos. Son valles de terreno quebradizo y pendientes escarpadas. Abundan los prados y bosques naturales en un área geológica de carácter kárstico. La población está diseminada en viviendas pastoriles con una tipología específica, denominadas cabañas pasiegas. Su economía siempre ha girado en torno a la ganadería vacuna lechera. Han practicado una ganadería trasterminante que les llevaba a realizar regímenes de mudanza desde las zonas de pastos de montaña a otras en los fondos de los valles. Este acto, llamado “muda” y todo lo que conllevaba, repercutió en la etnografía del área pasiega, desde la arquitectura de las viviendas pasiegas hasta el paisaje de los valles. No obstante, el carácter trasterminante de los pasiegos prácticamente ya ha desaparecido. No su economía ganadera, dedicada a la venta de ganado vacuno y leche, que de siempre ha tenido una presencia comercial más allá de los mercados locales o regionales. Fueron buenos ganaderos. Introdujeron la raza de vaca frisona durante la segunda mitad del siglo XIX, lo que transformó de manera sustancial la economía pasiega por ser un animal de superior producción lechera.

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